Banca Digital en Comercio Exterior.

 

Cada día, vemos en los medios la ola que trae consigo la tecnología en los sectores financieros y cómo el nivel de transaccionabilidad aumenta a ritmos importantes. Contexto en el cual, los canales tradicionales se convierten en menos dependientes de los usuarios, siendo los canales tecnológicos y plataformas electrónicas, las que asumen un rol de liderazgo evidenciado por el aumento de pagos y servicios por canales electrónicos, que hoy en día representan más del 70% del total de transacciones; trayendo como consecuencia menos visitas a las sucursales Bancarias, pues dejan de ser estrictamente necesarias para cumplir sus requerimientos.

El mundo está cambiando, los modelos de negocios están cambiando, pero sobre todo las necesidades de los clientes por igual van cambiando y también las prioridades de los bancos globales por robustecer sus canales electrónicos, para suplir la necesidad de sucursales o presencia física, donde incluso los modelos de las mismas mantienen la tendencia de convertirse en centros de negocios digitales, donde sin ayuda o muy poca ayuda humana se pueden hacer aperturas de cuentas, solicitudes de financiamientos y de productos, compras y ventas de divisas, entre otros.

Estas transformaciones son parte y consecuencia de cambios generacionales con intereses diferentes y que promueven una conectividad mayor. La generación de Milenials, o generación X tienen otros intereses, llegaron al mundo de la tecnología, no estando en su comportamiento, el valor hacia el servicio personalizado, sino hacia lograr sus objetivos en corto tiempo y sin la necesidad de intervención humana. Con su alma emprendedora han hecho que todo cambie y evolucione de manera más rápida, creando necesidades que anteriormente no existían y hoy, para poder competir deben estar. El que no entre, sencillamente queda fuera.  En la transformación digital está sin duda, el futuro y éxito de los negocios.

En otro tenor, vemos cada día países más interconectados comercialmente, dependientes unos de otros en mayor medida, donde los acuerdos comerciales toman más auge. Donde se incentiva el comercio entre regiones, entre continentes, y países, luchando día a día por equilibrar sus balanzas comerciales en relación a otros países y regiones amparados en estos acuerdos de libre comercio. Vemos países cuyas estrategias ya no se limitan a su geografía, sino que cuentan con una visión más amplia, en búsqueda de mayor crecimiento y potenciar sus productos exportables, de manera que tengan un impacto en sus productos internos brutos y crecimiento de sus economías.

Estas iniciativas de país, han ido por igual formando cada vez más parte del sector privado, donde las empresas locales que ya no se limitan a sus fronteras, están cada día más enfocadas en nuevos mercados; de manera que sus productos sean expuestos y vendidos en más países, atrayendo un potencial de crecimiento adicional a esta empresa y por supuesto, aportando al crecimiento de las exportaciones de la nación de origen y al crecimiento de la misma.

Esto es posible por nuevas generaciones manejando estos negocios familiares, con otro nivel de información y educación, nuevos intereses y una visión globalizada que les permite no sólo ver el negocio en su país, si no ver con mayor facilidad el ingreso a nuevos mercados,  al estar mejor conectados.

La tecnología aporta otra visión que transforma las economías, las empresas privadas, la composición de las ventas, los mercados objetivos, los riesgos, entre otros. Todo esto conjugado, vuelve a completar el ciclo de que los requerimientos son otros y para que todo esto pueda ser soportado de manera óptima y que los riesgos sean controlados, serán indispensables la eficiencia tecnológica, información, y los aliados regionales que provean la experiencia, soporte y tecnología necesaria para que este ciclo se cumpla. Todo esto trae a la mesa, que las reglas del juego sean otras.

Vemos repentinamente a empresas con presencia en diferentes mercados, que hace 20 años no eran siquiera opción de voltear a mirar, hoy pueden ser prioridad, hoy se interesan por estos acuerdos de comercio firmados entre países, buscando maximizar el comercio, y vemos cómo buscan eficiencias en economías de escalas, aprovechando “centros compartidos de servicios” (shared service centers), en búsqueda del mejor talento. Pero sobre todo, al menor precio.

La parte estratégica de conocer estos otros mercados,  sus contrapartes y sus regulaciones, se vuelven acciones del día a día de las empresas, evidenciando la necesidad de contar con otro tipo de aliados, otro tipo de información y otro tipo de conocimiento internacional que sean útiles en esta trayectoria.  Es aquí donde toma rol protagónico, la “Banca Digital y el Comercio Exterior”.

Es aquí cuando las instituciones financieras con presencia regional, asumen también un rol muy importante; destacando sus plataformas tecnológicas unificadas y sus productos financieros regionales que incentiven este comercio y sustenten a estas empresas de manera eficiente en diferentes geografías. Por supuesto, la parte regulatoria aún se mantiene como un desafío, pues la existencia de diferentes regulaciones hace indispensable el conocimiento y dominio de las mismas, para evitar riesgos adicionales. Aquí es cuando las plataformas unificadas juegan un rol relevante también, desde donde los equipos de finanzas y tesorerías  en centros de servicios compartidos, pueden manejar sus negocios en varios países desde su escritorio, con una visiblidad 360 grados de cada operación en cada país, visibles en una sola pantalla o Smart Phone.

Así también como productos unificados que les permitan financiar en diferentes geografías sus negocios, con productos ya aprobados y disponibles en sus plataformas bancarias; facilitando sus operaciones internacionales y comercio regional, sin importar el origen de la empresa.

De esta forma, productos como factoring internacional, financiamiento de importaciones y cartas de créditos que juegan un rol importante al momento de una venta o una compra, pueden agilizar el comercio sin mayores obstáculos; pues al ya conocerse las contra partes comerciales, se puede acceder a descontar estos documentos o financiar compras y ventas de manera eficiente, teniendo como principal soporte, una plataforma tecnológica unificada.

En conclusión, es evidente que los patrones de consumos han cambiado; la internacionalización de las universidades ha aportado a la conectividad; los cambios generacionales traen consigo nuevos patrones de consumo; los países cada vez más, consideran otros mercados para expandirse; las empresas privadas junto con países que promueven la exportación y presencia en otros mercados, exigen niveles más altos de soporte financiero y por supuesto, las instituciones financieras cada día invierten más en estas plataformas digitales, para que todos estos nuevos requerimientos se desarrollen de manera eficiente y aportar al comercio internacional que cada día conecta más este mundo globalizado. Sin estas, no sería posible ver los niveles de comercio alcanzados entre países y los positivos índices de crecimiento del PIB mundial, evidenciados a través de los años.

 

Por Edgar Iván Del Toro Toral, Gerente General del Banco Lafise República Dominicana y Vicepresidente de CENTROCAMARA-RD